La princesa Leonor celebró su cumpleaños con su ‘amigo especial’

Cuando el rey emérito Juan Carlos I, en sus años mozos, pasó por la Academia Militar, su principal objetivo no pasaba por aprender las mejores estrategias de guerra o mejorar su puntería a la hora de disparar, algo que ya había practicado cuando era un niño en el desafortunado accidente que le dejó como hijo único.

El ex monarca centró sus objetivos en pasárselo bien y, de paso aumentar la larga lista de amantes que había empezado a forjar.

Juan Carlos I aprovechaba cada oportunidad que tenía para escaparse del cuartel y disfrutar de las bondades que ofrece la vida nocturna.

No solo eso: el padre de Felipe VI tenía un piso discreto a su disposición cercano al cuartel, donde daba rienda suelta a sus noches más locas, las cuales compartía con amigos y, sobre todo, con señoritas.

Era un espacio de desahogo donde escapaba al control y el escrutinio del ojo público.

Juan Carlos I y Felipe VI sacaron mucho partido a su tiempo libre en la Academia Militar

Felipe VI, por su parte, también aprovechó muy bien su paso por el ejército.

Aunque ser Jefe de Estado no le ha servido para enviar al ejército a Valencia a tiempo para minimizar los efectos de la dana, sacó algo más de partido que su padre a las clases teóricas y prácticas.

Y, como Juan Carlos, también disfrutó mucho de su tiempo libre.

También iba y venía del cuartel con sus compañeros cadetes.

Y también tuvo a su disposición un espacio privado para sus escarceos en las ciudades en las que fue destinado.

La princesa Leonor, por su parte, ha demostrado que también es una apasionada de la fiesta y las salidas nocturnas.

En Zaragoza era habitual verla en la zona universitaria.

Y se conoce que no tardó en experimentar la noche de Pontevedra cuando llegó a la Escuela Naval de Marín.

La heredera no esperó. En su primera noche ya supo lo que se cuece en los locales más frecuentados y populares de la localidad gallega.

La princesa Leonor celebra su cumpleaños por todo lo alto

Una Leonor que tampoco perdió la oportunidad de celebrar su cumpleaños con algunos de los cadetes.

Leonor es una más en el grupo y ha forjado muchas amistades, con las que comparte confidencias y aventuras.

Y que no quisieron perderse la fiesta organizada por la princesa.

Una celebración que se llevó a cabo en una casa privada, alquilada expresamente para escapar que Leonor pueda escapar de la opinión pública y de los objetivos indiscretos, y en la que no faltó su amigo especial, Gabriel Giancomelli, un joven brasileño que proviene de una familia adinerada afincada en Nueva York, al que conoció durante su estancia en el internado de Gales.

Allí, la pareja puede dar rienda suelta a su relación, sin tener que evitar gestos que no son bien vistos ni permitidos en Zarzuela, y donde pueden pasar la noche juntos sin tener que mirar el reloj ni preocuparse por quien duerme en la habitación de al lado.