Joven Sacerdote Pregunta a LIONEL MESSI si Confía en DIOS… ¡SU RESPUESTA DEJA A TODOS SIN PALABRAS! | HO

Un joven sacerdote se acercó a Lionel Messi y le hizo una pregunta que nadie se atrevía a hacer: “¿Confías en Dios?”. La respuesta del futbolista dejó a todos sorprendidos y generó un gran debate. Nadie esperaba que dijera esto…

Messi reconoció que su talento viene de Dios | ACI Prensa

Era una noche vibrante en un estadio repleto de hinchas argentinos, celebrando con fervor la reciente victoria de su selección. Las banderas ondeaban orgullosas, los cánticos llenaban el aire y la euforia colectiva se sentía en cada rincón del lugar.

Pero entre la multitud, una figura inusual destacaba por su vestimenta sencilla y su presencia tranquila. Era Tomás, un joven sacerdote de 28 años, vestido con su impecable sotana negra y una bufanda albiceleste, cuyo corazón latía acelerado por algo más profundo que la simple emoción futbolística.

Tomás no había acudido al estadio solo como espectador; sentía que aquella noche tenía un propósito especial. Desde pequeño había amado el fútbol, jugando con pasión en los potreros de Buenos Aires, hasta que a los 16 años, tras la muerte de su abuela, descubrió una vocación más profunda.

Abandonó su sueño de ser futbolista profesional para entregarse plenamente a Dios. Ahora, ya ordenado sacerdote, dedicaba sus días a ayudar a los jóvenes de barrios humildes, intentando brindarles esperanza y propósito.

Esa noche, al ver a Lionel Messi retirarse lentamente del campo, rodeado por periodistas, cámaras y admiradores, algo en el corazón de Tomás le susurró que debía actuar. Respirando profundo, reunió valor y llamó al ídolo argentino por su nombre: “¡Leo!”. Messi, acostumbrado a la atención constante, giró la cabeza intrigado y sus miradas se encontraron. Ese instante cambió la vida de Tomás para siempre.

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Con voz firme pero cargada de emoción, el joven sacerdote preguntó: “Leo, ¿confías en Dios?”. La pregunta resonó inesperadamente en medio del bullicio general. Los periodistas guardaron silencio, las cámaras se enfocaron rápidamente, y Messi, sorprendido por lo inusual de la pregunta, hizo una pausa reflexiva. Tras un breve silencio, finalmente respondió con sinceridad y serenidad: “Sí, siempre”.

La respuesta de Messi, lejos de ser una frase superficial o hecha, estaba llena de un peso emocional y espiritual que impactó profundamente a quienes lo escuchaban. Aprovechando el momento, un periodista intervino: “¿Cómo se refleja tu fe en tu carrera? ¿Agradeces a Dios cada victoria?” Messi sonrió con humildad y explicó que Dios está presente en todo, en la victoria y la derrota, en lo bueno y en lo malo. No se trataba de creer que Dios decidía partidos, sino de entender que hay algo más grande que el fútbol, algo trascendente.

En medio de aquella inesperada conversación, un niño de unos 10 años se abrió paso entre la multitud, llevando un cuaderno y un bolígrafo. Cuando Messi tomó el cuaderno para firmarlo, su expresión cambió inmediatamente: no era un cuaderno ordinario, sino una Biblia. El astro miró con respeto al niño y preguntó si realmente leía la Biblia. El niño afirmó emocionado que su abuela le leía historias cada noche, diciéndole que Dios ayudaba a las personas a ser mejores.

Ante la mirada atenta de todos, Messi tomó el bolígrafo y escribió una dedicatoria especial en la primera página: “Dios está en los pequeños detalles, no dejes de buscarlo. Con cariño, Leo”. Este gesto conmovió profundamente a la multitud y especialmente al sacerdote Tomás, quien sintió en ese momento una certeza interior de haber cumplido con un propósito mayor.

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Al día siguiente, el video del encuentro entre el sacerdote y Messi se hizo viral en las redes sociales, generando una oleada de comentarios y reflexiones sobre la fe y el deporte. Tomás recibió innumerables mensajes, algunos de agradecimiento y otros críticos, pero su corazón permanecía en paz sabiendo que había actuado conforme a su fe.

Pero la sorpresa mayor llegó cuando Tomás recibió una notificación inesperada: Lionel Messi lo había seguido en Instagram y le envió un mensaje personal agradeciéndole por aquella pregunta tan sincera, admitiendo que pocas veces hablaba tan abiertamente de su fe en público.

Messi le confesó que sentía la necesidad de hablar más sobre estas cuestiones espirituales, especialmente en un momento en que buscaba propósito y dirección más allá de los logros deportivos.

Pocos días después, Messi sorprendió nuevamente a Tomás con una llamada directa. En aquella conversación íntima y profunda, Messi compartió con el sacerdote sus inquietudes y el deseo genuino de utilizar su influencia para ayudar a niños y jóvenes de escasos recursos, proporcionándoles educación, valores y oportunidades a través del deporte.

Movido por esta inspiración compartida, Messi y Tomás comenzaron a trabajar juntos en un proyecto ambicioso que pronto se transformó en una fundación dedicada a cambiar vidas. No solo buscaban formar futbolistas, sino también seres humanos con valores firmes y una fe profunda en sí mismos y en algo superior.

Con el paso del tiempo, la fundación se convirtió en un símbolo de esperanza y oportunidad. Messi participaba activamente, interactuando con los niños no desde su estatus de estrella mundial, sino desde la humildad y cercanía de alguien que comprendía profundamente sus realidades. Tomás se convirtió en un guía espiritual esencial para estos jóvenes, ayudándolos a encontrar propósito y dignidad en sus vidas.

Un día, un niño de la fundación preguntó a Tomás si él también podría llegar a ser grande como Messi. El sacerdote, con una sonrisa llena de convicción, respondió que con trabajo, fe y determinación, no había límites para lo que podía alcanzar. En ese instante comprendió plenamente el poder transformador de aquella pregunta que había hecho a Messi en el estadio.

Lo que comenzó como un simple encuentro entre un sacerdote y un futbolista se convirtió en un movimiento que impactó profundamente la vida de miles. Para Messi, aquel momento le reveló un propósito mucho más grande que su carrera deportiva; para Tomás, confirmó su misión espiritual.

A veces, Dios se manifiesta en las circunstancias más inesperadas, en preguntas sinceras y en respuestas valientes que trascienden la fama, el éxito y las apariencias. Y cuando tenemos el valor de escuchar su voz en esos instantes, nuestra vida y la de muchos otros pueden cambiar para siempre.

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