Lo que NO SE VIO de la EXHIBICIÓN del Real Madrid ante el Sevilla | HO

La intrahistoria del gol de Mbappé al Sevilla, la surrealista carrera de Ancelotti para celebrar el gol del Real Madrid, la celebración de Valverde, el enfado de… Todo lo que no se vio de la exhibición del Real Madrid al Sevilla en el último partido del año en Liga en el Nuevo Bernabéu.

Lo que no se vio de la celebración del Real Madrid contra el Sevilla:  Mbappé lo inició

El último partido del Real Madrid en 2024, frente al Sevilla, ha dejado muchas imágenes que no se han visto en las retransmisiones, pero que han sido igualmente cruciales para entender la grandeza de lo que sucedió en el Santiago Bernabéu.

Si bien los goles de Kylian Mbappé y Fede Valverde robaron la atención del público, hay detalles en la intrahistoria de este encuentro que fueron mucho más que solo una victoria, y que demuestran la unidad, la pasión y la emoción que define a este equipo. A continuación, vamos a repasar los momentos que no se vieron y que, sin lugar a dudas, enriquecen la narrativa de esta gran exhibición.

Carlos Alcaraz, el joven prodigio del tenis español, compartió una imagen curiosa e inesperada antes de este partido. El tenista español, quien se encuentra en lo más alto de su carrera, se despidió de todo el equipo del Real Madrid, justo antes de que empezara el partido contra el Sevilla. Fue una imagen simbólica, un gesto de respeto y admiración por parte de Alcaraz hacia los jugadores del Madrid.

Sin embargo, lo más destacable de este momento fue la forma en que Alcaraz trató con Mbappé, quien es un buen amigo suyo. Lo que parecía ser un saludo entre amigos en un vestuario, de alguna manera reflejó la mentalidad de campeón que tanto Alcaraz como Mbappé poseen. Este detalle, fuera de los focos mediáticos, puso de manifiesto una unión de campeones, que no se detiene solo en el campo de juego.

Una de las imágenes que pasó desapercibida para muchos fue un incidente en el calentamiento previo al partido. Mbappé, mientras practicaba tiros a portería, le pegó un balonazo a una chica en las gradas. Un error común en el fútbol, pero lo que marcó la diferencia fue la reacción del propio Mbappé. En lugar de seguir de largo, el delantero francés se acercó a la chica, preocupado por su bienestar, y le aseguró que el siguiente disparo no sería tan erróneo.

Este gesto, aunque no se vio ampliamente en las retransmisiones, mostró una faceta más humana y cercana de un jugador que, en ocasiones, se ha visto envuelto en controversias. Este tipo de detalles también forma parte de la personalidad de Mbappé, que poco a poco se ha ido convirtiendo en un líder dentro del Real Madrid.

Un momento que pasó desapercibido, pero que tuvo un enorme significado, fue el pasillo que el Sevilla le hizo al Real Madrid antes del inicio del partido. Aunque no se mostró en la retransmisión oficial, los jugadores del Sevilla, en un gesto de respeto, ofrecieron al Madrid un pasillo simbólico por su reciente éxito en la liga.

Lo que NO SE VIO de la EXHIBICIÓN del Real Madrid ante el Sevilla

Este tipo de gestos, que reflejan el respeto entre equipos de gran nivel, es lo que realza el fútbol como deporte. Aunque los focos de atención estaban centrados en el juego, este acto de cortesía fue el preludio de un partido que prometía emociones fuertes. A pesar de la derrota, el Sevilla no olvidó reconocer la grandeza del Real Madrid, algo que muchos no vieron pero que sin duda merece ser destacado.

El primer gol de Kylian Mbappé en el partido fue una obra maestra. Tras recibir un pase preciso, el francés fusiló al portero sevillista con una potencia impresionante. Lo que muchos no vieron, y que estaba grabado en su rostro durante la celebración, fue la rabia contenida de Mbappé.

Después de unos meses de críticas y momentos bajos, este gol fue un mensaje claro: estaba de vuelta y listo para silenciar a todos los detractores. Su abrazo con Carlo Ancelotti en la celebración fue aún más significativo, pues reflejaba una reconciliación con el entrenador y una nueva etapa de unión en el equipo. Este gol no solo fue un tanto importante en términos de marcador, sino también en términos emocionales para el jugador.

Otro detalle curioso de este partido fue el tremendo disparo de Mbappé, que no solo terminó en gol, sino que también rompió una cámara ubicada detrás de la portería. Fue un disparo tan fuerte y preciso que la cámara que grababa la jugada no resistió el impacto y se rompió.

Este tipo de momentos, aunque pequeños, resaltan la potencia y la determinación de un jugador como Mbappé. Pero más allá de la cámara rota, lo que verdaderamente importaba era lo que el gol significaba para él y para el equipo: un regreso a la élite y una muestra de que, cuando está en su mejor forma, Mbappé puede marcar la diferencia de manera imparable.

Un momento que no todos pudieron apreciar en su totalidad fue la jugada previa al golazo de Fede Valverde. A primera vista, parecía un pase sencillo, pero si se observa más de cerca, el pase de Eduardo Camavinga fue clave para que Valverde quedara completamente solo frente al portero. Camavinga, con una visión y precisión espectaculares, logró dar el pase perfecto que dejó a Valverde en una posición inmejorable.

Con exhibición de golazos: Real Madrid cierra con triunfo el 2024 y acecha  la cima

El gol de Valverde no fue solo un golazo, sino el resultado de un trabajo en equipo, donde cada pase y cada movimiento tuvo un propósito claro. La jugada fue pura pizarra, producto de un plan trabajado al detalle por el cuerpo técnico, especialmente por Francesco Mauri, encargado de diseñar las jugadas a balón parado. La precisión y la ejecución de la jugada mostraron el nivel de preparación del equipo.

Tras su gol, Fede Valverde realizó una celebración muy característica, un gesto de meditación que ya había repetido en varias ocasiones. Muchos creyeron que este gesto estaba relacionado con un guiño a Erling Haaland, debido a la similitud con el famoso gesto del delantero noruego, pero nada más lejos de la realidad. La celebración de Valverde es una expresión personal, una forma de centrarse y mantenerse tranquilo en medio de la euforia del gol.

Este gesto ya forma parte de su ritual y es una forma de expresar su paz interior, algo que es importante para un jugador tan centrado como él. Además, Valverde ha tenido un inicio de temporada espectacular, con varios goles desde fuera del área, lo que refuerza aún más la simbología de su celebración.

Uno de los cambios más significativos que se vio en este partido fue la transformación de Kylian Mbappé. Hace solo unas semanas, Mbappé parecía un jugador sin confianza, atravesando un momento difícil tanto en lo personal como en lo profesional. Sin embargo, su actuación en este partido fue la de un líder.

No solo marcó un gol espectacular, sino que también fue el primero en iniciar las celebraciones con sus compañeros. Este cambio de actitud, este resurgir del campeón, no solo demuestra su calidad en el campo, sino también su madurez como jugador y como líder del equipo.

Otro de los momentos más emotivos del partido fue la despedida de Jesús Navas, quien se despedía del fútbol profesional en este partido. Jude Bellingham, el joven centrocampista del Real Madrid, mostró su respeto y admiración por la leyenda del fútbol español, al rendirse ante él tras el partido. La ovación del Santiago Bernabéu a Navas fue un acto de reconocimiento a su carrera, y el respeto que Bellingham le brindó reflejó el espíritu deportivo y la camaradería que caracteriza al Real Madrid.

El último partido del año no solo fue una victoria más para el Real Madrid, sino que estuvo lleno de momentos que definieron lo que es este equipo: una familia unida, compuesta por jugadores de distintas edades y experiencias, pero todos con el mismo objetivo. La exhibición contra el Sevilla fue más que una demostración de fútbol; fue una muestra de madurez, de unidad y de carácter.

Cada uno de los detalles que no se vieron en las cámaras contribuyó a hacer de este partido uno de los más memorables de la temporada, marcando el cierre perfecto para un año lleno de emociones.