El fallecimiento de Juan Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar y primo del rey Felipe VI, a los 54 años ha marcado un día fatídico para la corona española, especialmente para la familia del rey. Juan perdió la vida tras una larga batalla contra el cáncer, una enfermedad que también le arrebató la vida a su hermano Fernando hace apenas cinco meses. Esta sucesión de tragedias ha golpeado fuertemente a la familia real, quienes se encuentran sumidos en el dolor.

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La última imagen pública de Juan Gómez-Acebo data del 5 de abril, durante el velatorio de su hermano en Madrid. En aquella ocasión, el rey Felipe VI estuvo presente para despedir a Fernando. Sin embargo, en el caso de Juan, ni el rey ni la reina Letizia han asistido a su funeral. Los restos mortales de Juan han sido incinerados en Palma de Mallorca, mientras que el velatorio se llevará a cabo en Madrid el próximo jueves.

El rey Felipe VI y su familia se encuentran actualmente de vacaciones privadas, lo que ha generado críticas y controversia. Muchos esperaban que el rey y la reina interrumpieran sus vacaciones para estar presentes en el velatorio, pero las imágenes divulgadas por la prensa confirmaron que la única representación institucional de la familia real fue la de la reina emérita, doña Sofía.

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Doña Sofía, a sus 86 años, continúa siendo un pilar fundamental en la familia real española. A pesar de su avanzada edad, se ha mostrado como el sostén de la familia en este difícil momento. Las imágenes la muestran en el centro de Palma de Mallorca, asistiendo al velatorio de su sobrino Juan Gómez-Acebo. Doña Sofía acudió sola, pero fue acompañada en todo momento por Simoneta, Beltrán y Bruno Gómez-Acebo, los hermanos de Juan, quienes no la dejaron sola en ningún momento.

La ausencia de Felipe y Letizia en un momento tan delicado para la familia ha sido motivo de debate. La reina emérita doña Sofía ha demostrado una vez más su compromiso tanto con la familia como con sus responsabilidades públicas. Recientemente, también tuvo que representar a la familia real en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos en París, ante la ausencia del rey Felipe y la reina Letizia, quienes ya habían comenzado sus vacaciones privadas.

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El velatorio de Juan Gómez-Acebo se llevará a cabo el jueves en Madrid, en el panteón familiar del cementerio de San Isidro, donde también reposan los restos de la infanta Pilar, madre de Juan. Se espera que gran parte de la familia, incluyendo a la infanta Cristina y la infanta Elena, se desplacen a Madrid para despedir a Juan. El rey emérito Juan Carlos I, quien actualmente se encuentra en Abu Dabi, también se prevé que regrese para este último adiós a su sobrino.

La pérdida de Juan Gómez-Acebo ha sido un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la familia. La reina emérita doña Sofía, con su fortaleza y dedicación, ha vuelto a dar una lección de cómo representar a la institución, tanto a nivel público como privado. En contraste, la ausencia de Felipe y Letizia ha suscitado preguntas sobre el equilibrio entre sus deberes oficiales y sus necesidades personales.

Este suceso ha servido para resaltar las incongruencias y desafíos que enfrenta la familia real, mientras doña Sofía continúa desempeñando un papel fundamental en mantener la unión y la representación de la corona española en tiempos de dificultad.