En el mundo de la realeza, existen protocolos y normas de conducta que se siguen estrictamente en casi todas las apariciones públicas.

Desde saludos específicos hasta maneras de interactuar con la gente, cada gesto cuenta y cada movimiento es cuidadosamente evaluado.

Sin embargo, en la actualidad, muchas de estas reglas tradicionales han comenzado a ser vistas como demasiado estrictas y algunos miembros de la realeza, al parecer, están dispuestos a saltarse las normas.

Una de las más destacadas entre ellas es la prohibición de tomarse selfies.

Los protocolos de la realeza: más que normas de etiqueta

Para figuras como la reina Máxima de los Países Bajos, la reina Camilla del Reino Unido, el príncipe William y la princesa Amalia, entre otros, los protocolos han sido una parte intrínseca de su vida cotidiana.

Siguiendo estos códigos, los royals representan respeto y dignidad hacia sus posiciones y, sobre todo, hacia la institución que representan.

Estas normas incluyen desde la vestimenta y el comportamiento en eventos hasta la manera en que deben interactuar con el público.

Sin embargo, con el paso del tiempo y el crecimiento de las redes sociales, muchas de estas reglas han comenzado a perder su estricta adherencia.

Uno de los puntos más discutidos ha sido la prohibición de tomarse fotos o selfies con los miembros de la realeza, una práctica que anteriormente era impensable en eventos oficiales.

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Prince William In South Wales, Uk.

La prohibición de los selfies: una regla que se rompe cada vez más

El “no” a los selfies no es arbitrario. Existen razones significativas detrás de esta norma que muchos de los royals han tratado de mantener durante años.

Tomarse un selfie con un miembro de la realeza significa acercarse mucho a ellos, una situación que desafía la seguridad y el espacio personal, comprometiendo a los royals en su entorno inmediato.

Además, como señaló el experto en eventos reales, Greg Agnew, “la razón principal por la que se prohíben los selfies es porque no quieren que la gente se dé la vuelta y le dé la espalda a los miembros de la familia real”.

En un evento reciente en los jardines de Buckingham Palace, esta norma volvió a salir a la luz cuando algunos miembros del público solicitaron selfies con los royals presentes.

Sin embargo, para sorpresa de muchos, algunos accedieron. Este cambio en la actitud de los royals revela una tendencia hacia una monarquía más moderna y accesible.

Aunque la norma indica que la gente no debe darle la espalda a los royals ni acercarse demasiado, es evidente que algunos miembros de la realeza han decidido flexibilizar esta postura.

La seguridad, un factor importante en la prohibición de los selfies

Otra razón fundamental para la prohibición de los selfies es la seguridad.

Para que una persona se tome un selfie con un miembro de la realeza, es necesario que ambos estén bastante cerca, lo que crea una vulnerabilidad que los equipos de seguridad desean evitar.

Además, el hecho de que alguien se acerque demasiado a un royal puede desencadenar una serie de situaciones difíciles de manejar para el equipo de seguridad.

Victoria Arbiter, experta en realeza, explica que el tomar selfies es visto como un comportamiento algo inapropiado y que va en contra de las normas de la realeza.

Según ella, “los royals prefieren la interacción personal en lugar de que la gente esté gritando para conseguir una foto”.

De acuerdo con Arbiter, los miembros de la realeza siempre eligen el contacto personal sobre los selfies porque quieren mantener una relación genuina con el público.

Sin embargo, en los últimos meses, muchos de ellos han accedido a posar para fotos con los fans en un intento de mostrar su lado más humano y accesible.

La tendencia de los royals a romper las normas en 2024

Algunos de los miembros de la realeza que han comenzado a relajarse respecto a esta regla incluyen a la reina Camilla, el príncipe William, la princesa Leonor y la reina Letizia.

En eventos recientes, estos royals han sido vistos posando para selfies, algo que antes era casi impensable.

La reina Camilla, por ejemplo, posó con algunos simpatizantes durante una visita en Australia, lo cual fue muy comentado en las redes sociales.

La princesa Leonor, por su parte, ha adoptado una postura igualmente flexible, habiéndose tomado algunas fotos en eventos públicos durante el último año.

Su madre, la reina Letizia, también ha aparecido en algunas selfies, mostrando una faceta más accesible y en sintonía con la gente.

La importancia de la imagen pública y la necesidad de modernización

Para muchos, estos gestos representan la modernización de la monarquía y el intento de acercarse a las nuevas generaciones.

La imagen pública es crucial para la monarquía, y es importante que las figuras reales no solo se muestren como líderes de sus países, sino también como figuras cercanas y humanas.

En tiempos de redes sociales, donde cada momento es fotografiado y compartido, resulta difícil mantener normas tan estrictas sin parecer distantes o anticuados.

La imagen de una monarquía que se adapta a los tiempos modernos es un mensaje poderoso, especialmente para los jóvenes.

En una era en la que los selfies son una forma común de interacción, la disposición de los royals a participar en esta práctica representa un cambio significativo y positivo.

La reina Letizia, el príncipe William y otros royals están conscientes de que estas interacciones simples pueden tener un impacto profundo en cómo la monarquía es percibida.

Los beneficios y riesgos de romper las normas

Aunque la decisión de romper las normas puede tener beneficios en términos de relaciones públicas, también implica algunos riesgos.

La seguridad es una preocupación real y, aunque la mayoría de las personas no representan una amenaza, cualquier acercamiento a un miembro de la realeza implica un riesgo potencial.

Sin embargo, hasta ahora, los equipos de seguridad han encontrado maneras de manejar estas situaciones y de garantizar que la interacción entre royals y el público sea segura.

Al mismo tiempo, esta flexibilidad puede ser beneficiosa para el bienestar emocional de los miembros de la realeza, quienes, en última instancia, son personas que desean tener interacciones naturales con aquellos a quienes representan.

Conclusión: una monarquía en transformación

En resumen, la tendencia a romper las reglas y permitir selfies es un reflejo de cómo la realeza moderna se está adaptando a los cambios culturales y sociales.

El deseo de conectar y mostrarse más accesibles al público ha llevado a la reina Letizia, el príncipe William y otros miembros de la realeza a modificar ciertas normas, permitiendo selfies y acercamientos más informales.

La monarquía del siglo XXI está experimentando una transformación, y el contacto con el público parece estar en el centro de esta evolución.

A medida que la realeza continúe ajustando sus prácticas, probablemente veremos un cambio en otras normas tradicionales que hasta ahora se consideraban inquebrantables.

La flexibilidad y la disposición a adaptarse a las expectativas de una nueva generación de seguidores es esencial para garantizar la relevancia y popularidad de la monarquía en el futuro.

La decisión de romper las reglas y permitir selfies puede parecer pequeña, pero en realidad, representa un cambio significativo hacia una monarquía más moderna, cercana y adaptada a los tiempos actuales.