Hoy se cumplen 16 años de la muerte de Erika Ortiz, la hermana pequeña de la reina Letizia, fallecida el 7 de febrero de 2007. Su trágico suicidio marcó un antes y un después en la biografía de las Ortiz.

Telma, Erika y Letizia Ortiz. / collage: luca lópez

Este martes, 7 de febrero, se sucede otro aniversario (y van ya 16) del fallecimiento de Erika Ortiz, la hermana pequeña de la reina Letizia, sin que lógicamente podamos reunir más que retazos de una biografía fuera de lo común.

Su suicidio, tal día como hoy, a los 31 años y cuando parecía que las cosas mejoraban para ella, destrozó a su familia.

La imagen de la monarca rota de dolor, sin poder recomponerse del todo para agradecer las muestras de cariño, quedó en la memoria de muchos.

«Gracias a todos los que se han apenado por su muerte», apenas dijo.

Mientras Letizia, literalmente derrumbada sobre el rey Felipe y embarazada de seis meses, musitaba esas palabras, la reina Sofía y Telma Ortiz, su hermana mayor, volaban desde Indonesia y Filipinas.

No llegaron a la despedida final de Erika, en la que la familia Ortiz y sus amigos debieron hacerse cargo de la enorme carga que conlleva ser reina.

La contención obligada por la presencia de periodistas y cámaras podría verse ahora mismo hasta con un punto cruel.

Sobre todo si no has sido educada para reprimir, en cualquier circunstancia, tus emociones.

En su momento, la periodista Paloma Pelayo desveló que Letizia consultó acerca de la posibilidad de que los detalles del fallecimiento de Erika no trascendieran, pero nada se pudo hacer.

La autopsia dictaminó que su hermana pequeña había fallecido voluntariamente, por la ingesta de tranquilizantes, y toda la prensa lo publicó.

Se supo, además, del malestar de la familia Ortiz debido a convertirse en motivo de interés para Casa Real, una serie de circunstancias que consideraban «insoportables».

Pelayo relató que Erika «recibía muchas llamadas al orden».

La reina Letizia, radiante de felicidad y vestida de Armani en el día del anuncio oficial de su compromiso con el entonces príncipe Felipe. (Foto: GTRES)

La tragedia marca desde aquella muerte la biografía de Letizia y Telma Ortiz, las dos hermanas mayores de Erika, a la que siempre protegieron en lo posible.

Algunos testimonios se refirieron entonces a la vulnerabilidad de la pequeña.

Las primeras aprovecharon cada oportunidad que sus padres, Paloma Rocasolano (auxiliar de enfermería) y Jesús Ortiz (periodista), pusieron a su alcance.

Erika no lo tuvo tan fácil.

No es solo que Erika no se sintiera tan segura como sus hermanas Letizia y Telma, sino que su ánimo se producía en la fragilidad.

Ellas estudiaron Periodismo y Económicas, dos licenciaturas que aseguraban una salida más o menos rápida al mercado laboral y la independencia económica.

Erika se decidió por Bellas Artes.

A los 24 años seguía viviendo en casa de sus padres y sufrió su separación desde primera fila.

Por qué Erika Ortiz necesitó durante toda su corta vida el apoyo y la ayuda de su familia

Erika no llegó a emanciparse del todo de su familia, que siempre estuvo pendiente de echarle una mano.

Durante una temporada, vivió con su novio, Antonio Vigo, y la hija de ambos, Carla, en casa de su madre, ya que no podían costearse un piso propio.

Trataron de montar un hotel rural en Asturias, pero fracasaron.

Letizia ya era una famosa presentadora, pero Erika vendía libros de puerta en puerta para el Círculo de Lectores.

Cuando se anunció el compromiso de Letizia con el príncipe Felipe, esta le cedió su piso de soltera en Vicálvaro.

La entrada en la familia real de la familia Ortiz supuso luces y sombras para las hermanas, que se enfrentaron al escrutinio general.

La reina Letizia no logró encontrar su sitio y reafirmar su posición hasta 2014, con la coronación.

Hasta entonces, la vigilancia mediática a la que se vio sometida y las tensiones dentro de Zarzuela fueron extremas.

Telma Ortiz y su última pareja y padre de su segunda hija, el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar. / gtres

Telma también sufrió lo suyo. El foco mediático llegó al punto del agobio, sobre todo tras su separación de Enrique Martín Llop, en 2010. Su relación con el padre de su primera hija (Amanda), al que conoció en Filipinas donde ambos trabajaban de cooperantes, no soportó el escrutinio público. Tampoco superó el lustro su matrimonio con el abogado Jaime del Burgo.

La vida profesional de Telma Ortiz también fue objeto de críticas por supuesto nepotismo: fue nombrada subdirectora de proyectos en el área de Relaciones Internacionales del Ayuntamiento de Barcelona, cargo que dejó en 2012 para volver al sector privado.

Trabajo en distintas posiciones para la escuela de negocios ESERP hasta abril de 2022, fecha en la que fichó como jefa de divulgación de la ONG Concordia.

Por qué Telma Ortiz es el único miembro de la familia Ortiz que ha demandado a los medios de comunicación

En lo sentmiental, la vida de Telma Ortiz parece estabilizada al lado del abogado irlandés Robert Gavin Bonnar, ex marido de la violinista de The Corrs, Sharon Corrs.

En octubre de 2022, la pareja dio la bienvenida a Eirin y disfruta ya de cierto anonimato.

No lo olvidemos: Telma fue el único miembro de la familia que terminó interponiendo una demanda masiva contra los medios de comunicación en 2008.

Fue desestimada.

Erika Ortiz y Antonio Vigo, el padre de su hija Carle, elegantísimos a su llegada a la ceremonia nupcial de Letizia Ortiz y Felipe de Borbón. (Foto: GETTY IMAGES)

Algo así hubiera sido impensable para Erika Ortiz, mucho más indefensa frente a las circunstancias.

Su amiga y periodista Paloma Gómez Borrero la definía de una manera muy expresiva: «Es un alma blanca».

Cariñosa, generosa y tierna, tenía probablemente una sensibilidad fuera de lo común que en algún momento quiso expresar a través del arte.

Erika nunca expuso sus piezas, aunque se dijo que tenía talento, quizá intimidada por la expectación que causaría el debut de una hermana de la reina.

Desempeñó, entonces, trabajos que quizá la hicieron sufrir. Fue directora de comunicación de una revista de arte, un cargo cuyas exigencias no encajaron con su disposición y disponibilidad.

Por qué Erika Ortiz no logró encajar en sus distintos destinos profesionales

En alguna ocasión, dicen, se echó a llorar del agobio que le producía no estar a la altura.

La ansiedad y la depresión se convirtieron en compañeras. Se puso en manos de profesionales y empezó un tratamiento.

Su siguiente destino laboral fue Globomedia, en un puesto de decoradora que también suscitó suspicacias.

Desafortunadamente, Erika tampoco encajó.

La pequeña de las Ortiz terminó pidiendo una baja de mes y medio por su malestar, pero nada mejoró el viernes que marcaba su reincorporación.

Despejó ese mismo fin de semana (una vecina se quedó con su hija, Carla), y resolvió no volver el lunes.

La encontró, doce horas después de su fallecimiento, su nueva pareja, el cámara de televisión Roberto García.