Durante el verano de 2024, la familia real española ha sido objeto de intensas especulaciones, alimentadas por un cambio inesperado en sus tradiciones estivales.

Este año, la familia rompió con la costumbre de posar juntos en Palma, optando por un enfoque diferente que ha generado muchas preguntas sobre la estabilidad del matrimonio entre el Rey Felipe VI y la Reina Letizia.

En lugar de alojarse juntos en el palacio principal de Marivent, Felipe VI decidió quedarse en la residencia principal junto a su madre, la reina emérita Sofía, mientras que Letizia se instaló en Son Vent, otra casa importante dentro del mismo complejo.

Este movimiento inusual ha provocado rumores sobre una posible crisis matrimonial.

Aunque algunos apuntan a la delicada salud de Irene de Grecia, hermana de Sofía, como la razón detrás de esta separación, otros señalan que las tensiones entre Felipe y Letizia han alcanzado un punto crítico.

El detonante de estas tensiones podría estar relacionado con las recientes declaraciones de Jaime del Burgo, quien afirmó haber mantenido una relación extramatrimonial con Letizia durante años.

Según del Burgo, la Casa Real habría proporcionado un apartamento en Madrid para que la Reina pudiera encontrarse con él en privado, lejos de las miradas indiscretas.

Estas revelaciones han avivado los rumores sobre la estabilidad del matrimonio real, aumentando las especulaciones sobre el distanciamiento entre los Reyes.

Además, el comportamiento de Letizia ha sido objeto de críticas, especialmente durante su asistencia al Atlàntida Film Fest, donde fue criticada por su elección de vestuario.

Algunos interpretaron esto como un acto de rebeldía contra el estricto protocolo real, lo que sugiere una posible ruptura en su relación con la monarquía y con su esposo.

La relación entre Letizia y su suegra, la reina emérita Sofía, también ha sido motivo de atención. La falta de interacción entre ambas durante sus raras apariciones públicas ha sido vista como un reflejo de la tensión subyacente en la familia real.

La distinción en las residencias durante las vacaciones parece ser un reflejo de esta distancia emocional, reforzando las percepciones de una crisis en el matrimonio real.

Con el silencio oficial de la Casa Real y la creciente incertidumbre sobre el futuro de la monarquía española, la situación está lejos de resolverse.

La crisis matrimonial entre el Rey Felipe VI y Letizia parece estar acercándose a un límite, poniendo a prueba la estabilidad de una de las instituciones más importantes de España.

Mientras tanto, los observadores y el público continúan especulando sobre lo que depara el futuro para los Reyes y la familia real.

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