Cada vez son más los viajes a España del emérito, pero su última decisión le ha acercado (peligrosamente) a la princesa Leonor

El pasado 2020 Juan Carlos I tuvo que poner rumbo a Abu Dabi para evitar que las informaciones, la mayoría de ellas controvertidas, sobre su vida continuaran afectando a la monarquía.

Desde entonces el emérito había hecho pocos viajes (que se supieran) a nuestro país, manteniéndose así al margen de cualquier nueva polémica y evitando además cualquier fotografía familiar con Felipe, Letizia, Leonor o Sofía.

A pesar de que durante los tres primeros años el padre del Rey sí que ha hecho su vida alejado del palacio de Zarzuela, desde finales de 2023 y este 2024 sus escapadas a nuestro país son cada vez más frecuentes.

De hecho, Juan Carlos tiene muchas ganas de revalidar el título de campeón europeo de vela en la categoría 6 metros, en la cual participa desde hace años en regatas al timón de ‘El Bribón’.

Por eso, el marido de la reina Sofía tiene planeado regresar a Sanxenxo la próxima semana, cuando se celebra la IX regata Rey Juan Carlos-El Corte Inglés.

Y aunque para muchos esta visita puede ser como las otras a la localidad duopontina, lo cierto es que su llegada le acerca como nunca a su nieta Leonor.

Una noticia que no le gusta nada a la Casa Real.

Según cuenta Marina Pina en ‘La Otra Crónica’ de ‘El Mundo’, el padre de las infantas Cristina y Elena estará en Galicia unos cuantos días, una estancia mucho más larga a la que nos tiene acostumbrados.

De hecho, la periodista cuenta que entre el 30 de septiembre y el 5 de octubre la ría acogerá el Trofeo Xacobeo y Juan Carlos tiene planeado hacer algo con sus amigos para celebrar este campeonato.

De hecho, se espera que allí esté todo su círculo más íntimo porque el propio exmonarca es consciente de que a su edad (va a hacer 87 años) es muy posible que sea la última participación a la que se enfrente.

Además de desear que estén las Infantas, quienes le han apoyado desde el primer minuto a pesar de los escándalos, el emérito contará por supuesto con uno de sus mayores amigos, Pedro Campos.

Pero no será el único. Quien habría confirmado ya su asistencia es Philip Adkins, exmarido de Corinna Larsen, quien ya acompañó hace unos meses para ver la final de la Campions en Londres.

Sin duda uno de sus íntimos.

¿Cuál es entonces la preocupación de la Corona española con este viaje?

Que el abuelo de Leonor va a estar en la misma comunidad autónoma que su nieta.

De hecho, solo hay unos pocos kilómetros (unos 30) desde donde descansará Juan Carlos hasta Marín, donde la princesa de Asturias ya ha comenzado su segundo año de formación.

Pero no solo eso, tampoco hay muchas millas desde los distintos puertos del Club Náutico y de la  Escuela Naval, donde la futura Reina de España está haciendo prácticas y aprendiendo a navegar.

¿Hay alguna posibilidad de que haya un reencuentro, aunque fuera en la intimidad, entre la hija de los Reyes y el emérito?

Leonor, una más en la Escuela Naval de Marín

Hace ya más de tres semanas que Leonor comenzó con su segundo año de formación militar tras su paso por la Academia General del Ejército en Zaragoza.

Después de ser recibida por el comandante director de la institución castrense, Pedro Cardona, y los jefes de servicio, la hija del Rey firmó en el libro de honor para dejar constancia de su deseo de aprender mucho y vivir experiencias inolvidables.

Y aunque ella no tuvo que hacer el periodo de adaptación como sí sus compañeros durante días anteriores al comienzo oficial, lo cierto es que Leonor es una más.

De hecho, la hermana de la infanta Sofía comparte habitación con otras tres compañeras de promoción en el cuartel y todas ellas tienen un solo baño que también usan el resto de cadetes de la misma planta.

Por suerte, todo lo firme que pueden ser los días de diario, es mucho más flexible durante el fin de semana porque no hay clase y se les permite salir fuera del recinto, motivo por que los habitantes de allí han estado durante los primeros días muy atentos por si la veían.

Ya parece que todos han normalizado su estancia y todo ha vuelto a la monotonía.