La grave lesión de Carolina Marín durante las semifinales del torneo de bádminton de los Juegos de París ha sido un tremendo jarro de agua fría para todo el deporte español. La onubense, tras conseguir quedarse con el primer set e ir por delante en el marcador en el segundo, sufrió un nuevo contratiempo en su rodilla derecha que truncó el sueño de luchar por una nueva medalla de oro en la capital francesa. 

Un mal apoyo después de golpear en el aire provocó una ligera torsión de la rodilla derecha de Carolina. A posteriori, el grito de dolor de la española retumbó en un pabellón repleto hasta la bandera y que quedó completamente mudo tras observar una imagen que lastimó a todo un país.

Carolina Marín se despide, lesionada, de todo el pabellón que le ofrecía una ovación tras su lesión.

Carolina Marín se despide, lesionada, de todo el pabellón que le ofrecía una ovación tras su lesión.LUIS TATO

Una retirada a la altura de la figura de Carolina Marín

Tras unos minutos de parón y de mucha incertidumbre, la campeona olímpica en Río 2016 decidió volver a pista para intentar seguir con su obra maestra, pero era completamente imposible debido a la gravedad de la lesión (las primeras informaciones apuntan que sufre una rotura del ligamento). En ese momento, a Carolina se le vino el mundo encima y se derrumbó literalmente entre lágrimas de frustración. “Me he roto”, decía a su equipo.

Los médicos, tras observar esta dolorosa escena, decidieron ingresar a la pista central con una silla de ruedas para poder trasladarla, pero Carolina Marín decidió abandonar por su propio pie el pabellón, no sin antes agradecer a todo el público presente en las instalaciones francesas, que estaban rendidos a la onubense, y pidiendo perdón por no poder seguir compitiendo en un encuentro que tenía prácticamente controlado.

Un futuro incierto

Fernando Rivas, entrenador de Carolina Marín, reconoció tras la retirada de su pupila que la deportista española estaba “hundida” después de vivir una escena realmente “cruel e injusta”: “Carolina merecía acabar unos Juegos Olímpicos, gane o pierda, pero disputándolos”.

Asimismo, el técnico aseguró que Marín le reconoció que “no quería terminar su carrera” de esta forma, por lo que deberán “valorar la lesión, hacer pruebas, estar tranquilos y aceptar lo que hay”: “No tenemos palabras. El nivel en el que había venido, cómo ha ido de más a menos en la competición… es muy duro”. Sin duda alguna, la lesión de Carolina ha sido unos de los peores capítulos que ha sufrido el deporte español a lo largo de su historia.

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